PRINCIPALES DICTADORES DE
AMERICA LATINA
País
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Dictador
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Periodo
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Chile
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Augusto Pinochet
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1973-1990
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Uruguay
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Aparicio Méndez
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1976-1981
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Paraguay
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Alfredo Stroessner
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1954-1989
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Bolivia
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Hugo Banzer
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1971-1978 ; 1997-2001
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Perú
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Juan Velasco Alvarado
|
1968-1975
|
Brasil
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Humberto Branco
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1964-1967
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Colombia
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Gustavo Rojas Pinilla
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1953-1957
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Venezuela
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José Antonio Páez
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1830-1835; 1839-1843; 1861-1863
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Panamá
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Manuel Antonio Noriega
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1983-1989
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Nicaragua
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Anastasio Somoza
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1937-1947; 1950-1956
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Honduras
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Tiburcio Carias Andino
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1933-1948
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Guatemala
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Carlos Castillo Armas
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1954-1957
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México
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Porfirio Díaz
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1876; 1877-1880; 1844-1911
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Cuba
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Fidel Castro
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1959-
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Haití
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Francois Duvalier
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1957-1971
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Rep. Dom.
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Rafael Leonidas Trujillo
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1930-1938; 1942-1952 (1930-1961)
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Rep. Dom.
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Ulises Heureaux
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1882-1884; 1886-1899
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España
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Francisco Franco
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1939-1975
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Países que nunca han tenido dictaduras:
Costa Rica, Jamaica, Belice, Estados Unidos, Canadá.
Augusto Pinochet
Augusto Pinochet Ugarte (1915- ),
político y militar chileno, jefe del Estado (1973-1990). Nació en Santiago y
estudió en la
Academia Militar de Chile. Tras sucesivos y constantes
ascensos de graduación, fue nombrado general de brigada durante el gobierno de
Eduardo Frei Montalva (1964-1970). Al inicio de la época presidencial de Salvador
Allende, que dio comienzo en 1970, desempeñó el cargo de comandante de la
guarnición de Santiago, y en 1972 se le designó comandante en jefe del
Ejército. Protagonizó el golpe de Estado de septiembre de 1973, apoyado desde
Estados Unidos, que culminó con el derrocamiento y la muerte de Allende. Como
jefe de la Junta de Gobierno, pronto limitó la actividad política y su régimen
de represión y autoritarismo fue condenado por la Comisión de Derechos Humanos
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 1977.
Aparicio Méndez
Aparicio Méndez (1904- ), jurista y
político uruguayo, presidente de la República (1976-1981). Nació en Rivera en
1904. Militó en el Partido Nacional (Blanco), en su ala conservadora. Fue
ministro de Salud Pública entre 1961 y 1964. Fue puesto en la presidencia por
el Consejo de la Nación y gobernó como un simple instrumento de los militares.
Durante su mandato se violaron los derechos humanos y hubo miles de
encarcelados, desaparecidos y exiliados. La Junta Militar
presentó un proyecto de constitución que no fue aprobado en referéndum. En
septiembre de 1981 le sucedió el general Gregorio Álvarez.
Alfredo Stroessner
Alfredo Stroessner (1912- ), militar y
político paraguayo, jefe del Estado (1954-1989). Nació en Encarnación y estudió
en la Academia
Militar de Asunción. Se distinguió en la guerra del Chaco
(1932-1935) y posteriormente fue ascendiendo hasta alcanzar el grado de
comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, en 1951. En 1954 derrocó al
presidente Federico Chávez Careaga en un golpe militar y asumió la presidencia
tras unas elecciones, en las que era el único candidato. Utilizando el apoyo
del Partido Colorado y del Ejército, logró hacerse con el control del país,
suprimió por la fuerza a la oposición y abolió la libertad de prensa; durante
su mandato, dictadores derrocados y antiguos miembros del Partido
Nacionalsocialista (nazi) alemán encontraron refugio en el país. A pesar de
apoyar a los grandes terratenientes y los intereses comerciales
internacionales, Stroessner utilizó la ayuda extranjera para estabilizar la
moneda, reducir la inflación y crear escuelas, carreteras, hospitales y
centrales hidroeléctricas. Se mantuvo en la presidencia desde 1954, promulgando
una nueva Constitución en 1967 y reformando ésta en 1977 para crear
dispositivos legales que permitieran la prolongación de su mandato, hasta que
fue derrocado en 1989 por un golpe militar dirigido por el general Andrés
Rodríguez, después del cual se exilió en Brasil.
Hugo Banzer
Hugo Banzer (1921-2002), militar y
político boliviano, presidente de la República (1971-1978; 1997-2001). Nació en
Santa Cruz. Fue ministro de Educación durante la dictadura de René Barrientos
(1966-1969) y director de la Academia Militar desde 1969 hasta 1971, año en
que encabezó el golpe que derribó al general Juan José Torres. Banzer, con el
apoyo del Movimiento Nacionalista Revolucionario, la Falange Socialista,
Estados Unidos, Brasil y Chile, dirigió Bolivia con puño de hierro. En 1974,
reprimió duramente un brote revolucionario en Cochabamba, y, un año después,
declaró ilegales los partidos políticos y las organizaciones sindicales.
Derribado por un golpe militar en 1978, continuó al frente de la Acción Democrática
Nacionalista (ADN) y obtuvo el 18% de los votos en las
elecciones de 1980. En 1985 y 1989 fracasó en su intento de volver al poder,
aunque su partido participó en los gobiernos de Víctor Paz Estenssoro y Jaime
Paz Zamora. El 1 de junio de 1997, Hugo Banzer venció en las elecciones
presidenciales, al frente de su partido, el conservador ADN, derrotando, entre
otros, al ex presidente Paz Zamora, el cual le devolvió el apoyo prestado en
1989 para que Banzer obtuviera la definitiva investidura presidencial en
agosto, a la que accedió tras lograr 115 votos (de un total de 154 posibles) de
los senadores y diputados bolivianos.
En junio de 1999 sustituyó a la mitad de
los miembros de su gobierno, tras un grave escándalo de corrupción. Decretó el
estado de sitio el 8 de abril de 2000, con el objeto de detener la oleada de
protestas que tenían lugar en Cochabamba, pero no pudo contener con esa medida
un violento estallido social causado por la extrema pobreza del campesinado
indígena hasta que firmó seis días después con los representantes sindicales de
éstos una serie de acuerdos. El día 20 de ese mes, cuatro días antes de que los
miembros de su gobierno presentaran en pleno la dimisión, Banzer suspendió el
estado de sitio. Nombró un nuevo gabinete el 25 de abril, pero el 19 de
octubre, de nuevo, su gobierno dimitió en bloque tras la grave crisis social
vivida desde septiembre. Ésta estuvo caracterizada por huelgas, cortes de
carreteras y enfrentamientos con fuerzas militares (principalmente en los
departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) y unió a indígenas y
determinados sindicatos, defensores del derecho de los campesinos a cultivar
coca y contrarios a su erradicación, toda vez que los productos alternativos
financiados por el gobierno eran escasamente rentables.
Aquejado de cáncer de pulmón, el 6 de
agosto de 2001 renunció ante el Congreso a la presidencia (todavía le restaba
un año de mandato), que traspasó (en virtud del orden constitucional) al que
hasta entonces había sido su vicepresidente (y presidente en funciones desde
hacía un mes, mientras él era tratado en Estados Unidos), Jorge Quiroga.
Falleció el 5 de mayo de 2002 en Santa Cruz.
Juan Velasco
Alvarado
Juan Velasco Alvarado
(1909-1977), militar y político peruano, presidente de la República como jefe
de la
Junta Militar Revolucionaria (1968-1975). Nacido en Piura,
fue agregado militar en Francia, inspector general del Ejército y presidente de
la Junta de jefes de Estado Mayor. En 1968 dirigió el golpe de Estado que
derrocó al presidente Fernando Belaúnde Terry (1963-1968) y presidió la Junta Militar
Revolucionaria. Bajo su mandato, se promulgaron leyes de
reforma agraria y educativa, se nacionalizaron los recursos económicos básicos
del país, se logró el control directo del Estado sobre las telecomunicaciones y
se intentó frenar la influencia económica de Estados Unidos. Desde 1972, su
gobierno hizo frente a una oleada de huelgas y movimientos estudiantiles
propiciados tanto por la derecha como por la izquierda. En 1975
fue depuesto por un golpe de Estado. Falleció en 1977 en Lima.
Humberto
Branco
Humberto Castelo Branco
(1900-1967), militar y político brasileño, presidente de la República
(1964-1967). Nació en el estado de Ceará. Militar profesional, ejerció cargos
de relieve en la carrera, participando también de la Fuerza
Expedicionaria Brasileña que combatió en Italia, junto a los
aliados, durante la
II Guerra Mundial. En 1964, fue uno de los líderes del
movimiento que derrocó al presidente João Goulart, acusado de desarrollar una
política de tintes izquierdistas que pretendía instaurar en el país una
república sindicalista. Elegido presidente de la República por el Congreso en
abril de 1964, su gobierno se caracterizó por una política deflacionista, que
llevaron a cabo los ministros Otávio Gouvéia de Bulhães y Roberto Campos, con
el objetivo de equilibrar las finanzas públicas y crear las condiciones para la
recuperación del crecimiento económico. Fue creado un fondo de garantía de
tiempo de servicio para todos los trabajadores del país, mediante recaudación
de éstos y de los empleadores, con el objetivo de consolidar el ahorro e
invertir en la construcción de viviendas. En el plano político, retiró por diez
años los derechos políticos de diversos líderes partidarios ligados a la
situación anterior; anuló los partidos existentes; instauró el bipartidismo,
con la formación de la Alianza Renovadora Nacional y el Movimiento
Democrático Brasileño y promulgó una nueva Constitución que reforzó la
autoridad del poder central y del presidente de la República.
Gustavo
Rojas Pinilla
Gustavo Rojas Pinilla
(1900-1975), militar y político colombiano, presidente de la República
(1953-1957). Nació en Tunja (Boyacá). Estudió en la Escuela Militar de
Cadetes de Bogotá. Al mando de las Fuerzas Armadas dirigió el golpe de Estado
contra el presidente interino Roberto Urdaneta Arbeláez (que sustituía a
Laureano Gómez desde 1951) y fue proclamado presidente de la República. Durante
su mandato se produjeron abundantes disturbios, reprimidos con dureza, se
cerraron periódicos, creció la deuda, aumentó la corrupción y se realizaron
importantes obras públicas. Fue derrocado por un levantamiento popular en 1957
y se exilió. Regresó un año después y fue condenado a la pérdida de sus
derechos políticos y de su rango militar, pero quedó rehabilitado en 1967.
Fundó el partido ultraderechista Alianza Nacional Popular (ANAPO) en 1965 y
estuvo a punto de ganar las elecciones de 1970. Sus numerosos seguidores no
aceptaron el resultado electoral y hubo que proclamar el estado de sitio. Murió
en 1975 en Melgar.
José
Antonio Páez
José Antonio Páez (1790-1873),
militar y político venezolano, primer presidente de la República (1830-1835;
1839-1843; 1861-1863), uno de los más destacados próceres de la emancipación de
América Latina, considerado asimismo entre los principales representantes del
caudillismo americano.
En 1830, después de la
disolución de la República de la Gran Colombia, Venezuela promulgó su propia
Constitución y Páez se convirtió el 24 de marzo de ese año en el primer
presidente de la República, cargo que ejerció hasta el 6 de febrero de 1835,
cuando fue sucedido de forma interina por Andrés Narvarte, antecesor a su vez
de José María Vargas. Años más tarde resultó elegido para suceder a Carlos
Soublette y desempeñar un nuevo mandato que cubrió el periodo transcurrido
entre el 1 de febrero de 1839 y el 28 de enero de 1843. Durante sus dos
primeras presidencias fomentó la agricultura, la artesanía, la inmigración y la
educación (en 1832 secularizó la que habría de ser llamada Universidad de los
Andes y en 1833 fundó la institución que sería el antecedente de la Universidad
de Carabobo), en 1841 creó el Banco Nacional y un año después trasladó los
restos de Bolívar desde Santa Marta hasta Caracas.
En 1848 se levantó en
armas contra el presidente liberal José Tadeo Monagas, a quien había ayudado a
llegar al poder, y fue derrotado. Invadió el país al año siguiente, pero de
nuevo resultó vencido, para acabar siendo detenido y más tarde desterrado. Se
le rindieron homenajes en varias localidades de Estados Unidos, en México, e
incluso en ciudades europeas como París y Munich.
En 1861 regresó a
Venezuela y, tras ser nombrado jefe del Ejército en abril de ese año, cuatro
meses más tarde derrocó al presidente Pedro Gual y el 10 de septiembre de ese
año estableció un régimen dictatorial. Victoriosos los federalistas, Páez firmó
el Tratado de Coche en 1863 y, tras ser sustituido en junio al frente del
Estado venezolano por Juan Crisóstomo Falcón, marchó nuevamente a la ciudad
estadounidense de Nueva York, donde ya había vivido durante su anterior estancia
en el extranjero. Desarrolló una gran actividad y viajó por varios países
sudamericanos. Murió en Nueva York el 6 de mayo de 1873. Sus restos reposan en
el Panteón Nacional de Caracas.
Manuel
Antonio Noriega
Manuel Antonio Noriega
(1934- ), militar, político y dictador panameño, al que un jurado de Estados
Unidos declaró culpable de tráfico de drogas, crimen organizado y blanqueo de
dinero. Nació en Ciudad de Panamá. Tras estudiar con una beca en la Academia Militar
de Chorrillos (Lima, Perú), Noriega regresó a Panamá y fue nombrado alférez de la Guardia Nacional. Gracias
a su amistad con Omar Torrijos, ascendió rápidamente y fue nombrado jefe de los
Servicios Secretos cuando Torrijos tomó el poder en 1969. En dicho cargo,
Noriega se convirtió en el hombre más temido del país. Tras la muerte de
Torrijos, en un accidente aéreo ocurrido en 1981, se convirtió en jefe del
Estado Mayor del general Dario Paredes, jefe de la Guardia Nacional. Tras
sucederle en 1983, Noriega se ascendió a sí mismo al grado de general y se hizo
con el control efectivo del gobierno panameño.
En 1986, Noriega fue
acusado de narcotráfico, blanqueo de dinero y de ser un agente doble de la CIA
estadounidense y de los servicios secretos cubanos. También se sospechaba su
posible implicación en el asesinato de uno de sus adversarios, Hugo Spadáfora.
Cuando respondió a las acusaciones vulnerando las libertades y derechos
civiles, en 1987, el Senado de Estados Unidos instó al gobierno de Panamá para
que le expulsara de su cargo e investigara sus actividades. En 1988, fue
procesado por un gran jurado federal de Florida acusado de infringir las leyes
sobre crimen organizado, estupefacientes y blanqueo de dinero. En diciembre de
1989, fuerzas estadounidenses invadieron Panamá y le detuvieron, siendo
trasladado a Florida para ser juzgado. El juicio comenzó en 1991 y la defensa
de Noriega se basó en su antigua relación con la CIA.
En abril de 1992, fue
declarado culpable de ocho cargos de tráfico de cocaína, crimen organizado y
blanqueo de dinero; era la primera vez en la historia que Estados Unidos
juzgaba a un jefe de Estado extranjero por cargos penales. Fue condenado a dos
penas concurrentes de 20 años, cinco penas concurrentes de 15, y una de 5 —un
total de 40 años de prisión.
Anastasio
Somoza
Anastasio Somoza
(1896-1956), militar y político nicaragüense, presidente de la República
(1937-1947; 1950-1956), que formó una dinastía de dictadores, los cuales, con
el apoyo de Estados Unidos, gobernaron el país durante 43 años, a veces a
través de presidentes propicios designados por ellos. Nació en San Marcos y
estudió en Estados Unidos. Tras entrar en el mundo de la política, se convirtió
en un importante miembro del Partido Liberal, pero su verdadera base de poder
fue la Guardia
Nacional, adiestrada por asesores militares estadounidenses y
creada en la década de 1920, que dirigió a partir de 1933 y desde donde provocó
el asesinato del líder guerrillero Augusto César Sandino. Tomó el poder en
1937, y durante los siguientes 20 años gobernó el país de forma dictatorial,
aunque creó presidencias ficticias de tres años de duración. Al mismo tiempo
que contaba con la
Guardia Nacional para mantenerse en el poder, distribuyó
puestos gubernativos entre la oposición conservadora. Somoza amasó una enorme
fortuna personal, pero no fue insensible al progreso social y económico, e
incrementó en gran medida las exportaciones de Nicaragua. Tras ser asesinado en
1956, le sucedió su hijo mayor, Luis Somoza Debayle. Su otro hijo, Anastasio
Somoza Debayle, también ocupó la presidencia de la República ejerciendo una
cruel dictadura.
Tiburcio
Carias Andino
Tiburcio Carías Andino
(1876-1969), político y militar hondureño, presidente de la República
(1933-1948). Nacido en Tegucigalpa, se doctoró en derecho por la Universidad Central
de Honduras. Participó en las revoluciones de 1893 y 1894, así como en la
guerra de 1907 contra Nicaragua. Militó en el Partido Liberal hasta que en 1903
fundó el Partido Nacional, de tendencia conservadora. Fue elegido presidente en
1933 y se mantuvo en el poder hasta 1948. Durante su presidencia Honduras vivió
un período de estabilidad política, en parte propiciado por las compañías
bananeras. En 1963 abandonó el Partido Nacional para fundar el Partido
Progresista, que fue declarado ilegal. Murió en 1969 en Tegucigalpa.
Carlos
Castillo Armas
Carlos Castillo Armas
(1914-1957), político guatemalteco, presidente de la República (1954-1957).
Nacido en Santa Lucia Cotzumalguapa (departamento de Escuintla) ingresó en la Academia Militar
de la que posteriormente fue director. En las elecciones presidenciales de 1950
se presentó como oponente de Jacobo Arbenz Guzmán. En 1954, tras una
insurrección armada, derrocó a Arbenz (1951-1954) y se hizo con el poder.
Durante su mandato desencadenó una fuerte campaña anticomunista, prohibió los
partidos políticos, comités agrarios y sindicatos y anuló todas las reformas de
la década revolucionaria (1944-1954), incluida la Constitución de 1945. Condujo
al país a una etapa de violencia política. En 1957 fue asesinado en los
pasillos del palacio presidencial por un soldado de su guardia.
Porfirio
Díaz
Porfirio Díaz
(1830-1915), militar y político mexicano, presidente de la República (1876;
1877-1880; 1884-1911), su dilatado ejercicio del poder ha dado nombre a un
periodo de la historia de México conocido como porfiriato.
En 1876 protagonizó una
prolongada serie de acciones militares que, iniciadas con la proclamación del
Plan de Tuxtepec, acabaron con el derrocamiento del presidente Sebastián Lerdo
de Tejada, y él mismo asumió la presidencia de la República el 23 de noviembre
de ese año. Un mes más tarde abandonó momentáneamente el cargo, nombrando a
Juan Méndez de forma interina, para combatir a José María Iglesias, quien, a su
vez, se había erigido en presidente de la República en la ciudad de Salamanca.
En febrero de 1877 recuperó el cargo de jefe de Estado de manos de Méndez y fue
elegido por vez primera presidente poco después.
Según la Constitución
mexicana, Díaz no podía permanecer en la presidencia durante dos mandatos
consecutivos, por lo que tuvo que renunciar en 1880 aunque continuó brevemente
en el gobierno de su sucesor, Manuel González, como secretario (ministro) de
Fomento (diciembre de 1880-mayo de 1881); y entre 1881 y 1883 desempeñó el
cargo de gobernador del estado de Oaxaca. Fue reelegido presidente de la
República en 1884 y consiguió la aprobación de una enmienda a la Constitución
que permitía la sucesión de mandatos presidenciales, permaneciendo en el poder
hasta 1911, luego de ser elegido de nuevo en 1888, 1892, 1896, 1900, 1904 y
1910.
Su régimen estuvo
marcado por logros importantes, pero también por un gobierno severo. Durante el
mandato de Díaz, la economía de México se estabilizó y el país experimentó un
desarrollo económico sin precedentes: se invirtió capital extranjero (sobre
todo estadounidense) en la explotación de los recursos mineros del país; la
industria minera, la textil y otras experimentaron una gran expansión; se
construyeron vías férreas y líneas telegráficas; y el comercio exterior aumentó
aproximadamente en un 300%. Muchos de los méritos del buen estado de la
administración financiera pública cabría atribuírselos a quien desde 1893 fuera
secretario de Hacienda, José Ives Limantour.
Entre las
personalidades que ocuparon destacados cargos en sus gabinetes cabe mencionar
asimismo a Ramón Corral, que desde 1903 desempeñó el cargo de secretario de
Gobernación, y a partir de 1904 se convirtió en vicepresidente de la República,
funciones ambas que ejerció hasta 1911; a Justo Sierra, secretario de
Instrucción Pública y Bellas Artes entre 1905 y 1911, fundador de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM); al suegro de Díaz, Manuel Romero
Rubio, secretario de Fomento desde 1884 hasta 1895; a Matías Romero, secretario
de Hacienda en dos ocasiones (1877-1879 y 1892-1893); o al general Bernardo
Reyes, secretario de Guerra y Marina entre 1900 y 1902.
Por otra parte, durante
el porfiriato, los inversores extranjeros agotaron gran parte de la riqueza del
país, casi todos los antiguos terrenos comunales (ejidos) de los indígenas
pasaron a manos de un pequeño grupo de terratenientes y se extendió la pobreza
y el analfabetismo. Las manifestaciones del descontento social fueron
reprimidas por Díaz con mano de hierro, como muestra su actuación en las
huelgas que tuvieron lugar en 1906 y 1907 en la localidad minera sonorense de
Cananea y en la zona industrial veracruzana de Río Blanco.
En 1876 protagonizó una
prolongada serie de acciones militares que, iniciadas con la proclamación del
Plan de Tuxtepec, acabaron con el derrocamiento del presidente Sebastián Lerdo
de Tejada, y él mismo asumió la presidencia de la República el 23 de noviembre
de ese año. Un mes más tarde abandonó momentáneamente el cargo, nombrando a
Juan Méndez de forma interina, para combatir a José María Iglesias, quien, a su
vez, se había erigido en presidente de la República en la ciudad de Salamanca.
En febrero de 1877 recuperó el cargo de jefe de Estado de manos de Méndez y fue
elegido por vez primera presidente poco después.
Según la Constitución
mexicana, Díaz no podía permanecer en la presidencia durante dos mandatos
consecutivos, por lo que tuvo que renunciar en 1880 aunque continuó brevemente
en el gobierno de su sucesor, Manuel González, como secretario (ministro) de Fomento
(diciembre de 1880-mayo de 1881); y entre 1881 y 1883 desempeñó el cargo de
gobernador del estado de Oaxaca. Fue reelegido presidente de la República en
1884 y consiguió la aprobación de una enmienda a la Constitución que permitía
la sucesión de mandatos presidenciales, permaneciendo en el poder hasta 1911,
luego de ser elegido de nuevo en 1888, 1892, 1896, 1900, 1904 y 1910.
Su régimen estuvo
marcado por logros importantes, pero también por un gobierno severo. Durante el
mandato de Díaz, la economía de México se estabilizó y el país experimentó un
desarrollo económico sin precedentes: se invirtió capital extranjero (sobre
todo estadounidense) en la explotación de los recursos mineros del país; la
industria minera, la textil y otras experimentaron una gran expansión; se
construyeron vías férreas y líneas telegráficas; y el comercio exterior aumentó
aproximadamente en un 300%. Muchos de los méritos del buen estado de la
administración financiera pública cabría atribuírselos a quien desde 1893 fuera
secretario de Hacienda, José Ives Limantour.
Entre las
personalidades que ocuparon destacados cargos en sus gabinetes cabe mencionar
asimismo a Ramón Corral, que desde 1903 desempeñó el cargo de secretario de
Gobernación, y a partir de 1904 se convirtió en vicepresidente de la República,
funciones ambas que ejerció hasta 1911; a Justo Sierra, secretario de
Instrucción Pública y Bellas Artes entre 1905 y 1911, fundador de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM); al suegro de Díaz, Manuel Romero
Rubio, secretario de Fomento desde 1884 hasta 1895; a Matías Romero, secretario
de Hacienda en dos ocasiones (1877-1879 y 1892-1893); o al general Bernardo
Reyes, secretario de Guerra y Marina entre 1900 y 1902.
Por otra parte, durante
el porfiriato, los inversores extranjeros agotaron gran parte de la riqueza del
país, casi todos los antiguos terrenos comunales (ejidos) de los indígenas
pasaron a manos de un pequeño grupo de terratenientes y se extendió la pobreza
y el analfabetismo. Las manifestaciones del descontento social fueron
reprimidas por Díaz con mano de hierro, como muestra su actuación en las
huelgas que tuvieron lugar en 1906 y 1907 en la localidad minera sonorense de
Cananea y en la zona industrial veracruzana de Río Blanco.
Fidel
Castro
Fidel Castro (1927- ),
político cubano, principal dirigente de la República desde 1959, artífice de la Revolución Cubana
y uno de los más destacados líderes de Latinoamérica durante la segunda mitad
del siglo XX.
Fracasado su intento de
establecer relaciones diplomáticas o comerciales con Estados Unidos, negoció
acuerdos sobre armamento, créditos y alimentos con la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS), y llevó a cabo la depuración de sus rivales
políticos. Nacionalizó los recursos cubanos, afrontó una profunda reforma
agraria basada en la colectivización de propiedades y estableció un Estado
socialista de partido único (el Partido Unido de la Revolución Socialista,
que en 1965 pasaría a denominarse Partido Comunista Cubano y cuya secretaría
general asumiría el propio Castro), que llevó a un gran número de cubanos ricos
al exilio. Estados Unidos vio con disgusto cómo el nuevo régimen embargaba las
empresas de titularidad estadounidense, y en 1960 anuló los acuerdos
comerciales que mantenía, a lo que Castro respondió en septiembre de ese año
con la Primera declaración de La Habana, reafirmando la soberanía cubana frente
al imperialismo estadounidense. Un grupo de exiliados cubanos recibió el
respaldo del gobierno de Estados Unidos, en un infructuoso intento por
derrocarlo que tuvo lugar en abril de 1961 y pasó a ser conocido como el
desembarco de bahía de Cochinos.
Desde ese momento,
Castro se alineó abiertamente con la URSS, dependiendo cada vez más de su ayuda
económica y militar. En 1962, estuvo a punto de producirse una guerra nuclear,
cuando la URSS situó en Cuba cabezas nucleares de alcance medio, ante la
oposición estadounidense. La llamada crisis de los misiles de Cuba concluyó
tras la celebración de negociaciones entre el presidente estadounidense, John
Fitzgerald Kennedy, y el máximo dirigente soviético, Nikita Jruschov.
Durante las siguientes
décadas, Castro alcanzó gran reconocimiento entre los países miembros del
Tercer Mundo, gracias a su liderazgo de la Organización de Países No-Alineados
(que presidió desde 1979 hasta 1981). A finales de la década de 1980, cuando la
URSS inició sus procesos de glasnost (en ruso, ‘apertura’) y perestroika (en
ruso, ‘reestructuración’), bajo el gobierno de Mijaíl Gorbachov, Castro mantuvo
la aplicación del régimen marxista-leninista que había instaurado a principios
de la década de 1960. Sin embargo, con el inicio del proceso de desintegración
de la URSS y del COMECON (Consejo de Ayuda Mutua Económica) en 1990, los
problemas económicos de Cuba empeoraron. En 1993, en un intento por alcanzar
una economía mixta, Castro aprobó reformas económicas limitadas que legalizaron
algunas empresas privadas.
En 1996, el Congreso de
Estados Unidos aprobó la denominada Ley Helms-Burton, que articulaba
legalmente el boicoteo económico a Cuba, al pretender penalizar a las empresas
que mantuvieran relaciones comerciales con otras radicadas en la isla. Por su parte, la Unión Europea (UE),
en clara oposición, presentó una serie de medidas aprobadas por los ministros
de Asuntos Exteriores de los países miembros para neutralizar los efectos de la Ley Helms-Burton.
Durante su intervención
en el V Congreso del Partido Comunista Cubano (octubre de 1997), Castro
reafirmó la idea de que Cuba no se dirigiría hacia el capitalismo, lamentando
las aperturas que su gobierno hubo de consentir debido a la caída de los
principales regímenes comunistas. En febrero de 1998, poco después de una
visita histórica del papa Juan Pablo II a la isla, resultó reelegido nuevamente
por la Asamblea
Nacional del Poder Popular como presidente de la República,
por otro mandato de cinco años. El socialismo y las conquistas de la
revolución, cada vez más acosadas por las amenazas y el bloqueo
estadounidenses, permanecieron como referencias ineludibles del propio Castro en
su discurso de clausura de la constitución de la cámara que le había elegido,
en el cual volvió a reiterar que no habría transición al capitalismo en Cuba.
De otro lado, el gobierno del presidente estadounidense Bill Clinton decidió, a
finales de marzo, suavizar su embargo sobre la isla. En octubre de 2000
selló con Venezuela un acuerdo integral de cooperación que incluía la compra de
petróleo venezolano en condiciones de preferencia; este hecho se produjo en el
marco de las buenas relaciones establecidas entre el régimen castrista y el del
presidente venezolano Hugo Chávez.
Francois
Duvalier
Papa Doc (François
Duvalier) (1907-1971), médico (de ahí su sobrenombre, Papa Doc) y dictador de
Haití (1957-1971), nació en Puerto Príncipe y se graduó por la facultad de
medicina de la Universidad de Haití. Desde 1934 hasta 1946 Duvalier desarrolló
su actividad médica, especializándose en el tratamiento de enfermedades
tropicales y se integró en una campaña contra el paludismo que realizaba en
Haití una misión sanitaria estadounidense. Desde 1946 hasta 1950 fue director
general del Servicio Nacional de Salud Pública y secretario de Trabajo. A
partir de 1950 Duvalier renunció a sus cargos y dirigió la resistencia contra
el presidente Paul Eugène Magloire, y el 25 de septiembre de 1957 fue elegido
presidente por sufragio universal, tras haber tenido que exiliarse el año
anterior. Sin embargo, al año de ser nombrado suspendió todas las garantías
constitucionales y en 1964 se autoproclamó presidente vitalicio. Su régimen
dictatorial instigó purgas militares y gubernamentales, ejecuciones masivas y
la institución de toques de queda, todo ello aplicado por los terribles tontons
macoutes, cuerpo policial y organización de espionaje. Mientras tanto, la
economía de Haití se redujo de modo severo.
En enero de 1971, la
Asamblea enmendó la Constitución permitiendo que Duvalier nombrara a su hijo,
Jean-Claude Duvalier, como su sucesor. El joven Duvalier asumió la presidencia
de Haití a la muerte de su padre. Después de tres meses de levantamiento
popular contra la represión política y económica del gobierno, a comienzos de
1986 fue depuesto y obligado a exiliarse en Francia.
Rafael
Leonidas Trujillo Molina
Rafael Leónidas
Trujillo (1891-1961), militar y político dominicano, presidente de la República
(1930-1938; 1942-1952) y verdadero jefe del Estado desde 1930 hasta 1961,
aunque a veces la presidencia fuera ocupada por sus colaboradores. Nació en San
Cristóbal. Fue teniente de la Guardia Nacional (1918-1921), cuando la República Dominicana
se hallaba bajo la ocupación militar de Estados Unidos, y en 1925 ascendió a
comandante en jefe de dicho cuerpo. En 1930 tomó el poder, tras el golpe
militar que depuso al presidente Horacio Vázquez.
Al año siguiente,
Trujillo organizó el Partido Dominicano, que controló la vida política
dominicana durante las tres décadas siguientes. En ese tiempo, Trujillo fue
dictador absoluto, con el título de generalísimo del Ejército; fue presidente
desde 1930 hasta 1938 y desde 1942 hasta 1952, y Ministro de Asuntos Exteriores
desde 1953 hasta 1961, y durante otros periodos, el poder fue ocupado por
familiares o políticos afines a su persona: Jacinto Bienvenido Peynado
(1938-1940), Manuel Jesús Troncoso de la Concha (1940-1942) y su propio hermano
Héctor Bienvenido Trujillo (1952-1960). Aunque el régimen de Trujillo aportó
estabilidad económica al país, utilizó medidas autoritarias para alcanzar el
progreso material, y abolió la oposición política por la fuerza.
Trujillo fomentó las
relaciones diplomáticas y económicas con Estados Unidos, pero, con frecuencia,
se alejó con su política de los demás países latinoamericanos. En 1937,
temiendo posibles infiltraciones desde Haití, envió tropas dominicanas a la
frontera, donde fueron asesinados entre 10.000 y 15.000 haitianos. En 1960, su
régimen fue censurado por la Organización de Estados Americanos (OEA), y le
fueron impuestas sanciones económicas. Tras perder el apoyo del ejército,
Trujillo fue asesinado el 30 de mayo de 1961 por un grupo de militares.
Ulises
Heureaux
Ulises Heureaux
(1845-1899), militar y político dominicano, presidente de la República
(1882-1884; 1886-1889). Nació en Cap-Haïtien (en la actualidad, Haití). Educado
entre campesinos haitianos, intervino en la guerra de independencia contra
España (1865). Fue ministro de la Guerra y más tarde del Interior. En 1882 fue
elegido presidente de la República y, durante este primer mandato hasta 1884,
gobernó conforme a la
Constitución. En su segundo mandato, desde las elecciones de
1886 hasta 1899, se enfrentó a la rebelión de su oponente Casimiro Nemesio de
Moya e instaló un régimen de gobierno fuertemente dictatorial. Suprimió el
sufragio universal, la administración se corrompió y arruinó económicamente al
país. En 1889 murió asesinado en la ciudad de Moca, en una conspiración
organizada por sus enemigos.
Francisco
Franco
Francisco Franco
Bahamonde (1892-1975), militar y político español, jefe del Estado (1936-1975),
responsable del régimen autoritario (franquismo) que se inició durante la Guerra Civil
(1936-1939) y concluyó con la muerte del titular.
El periodo durante el
cual ejerció el poder el general Franco, así como el régimen político creado
por éste ha recibido el nombre de franquismo. Comprende un dilatado proceso que
entremezcla continuismo y cambios durante casi cuatro décadas. Desde el
Alzamiento (denominación que los sublevados dieron al inicio de su rebelión con
la que comenzó la Guerra
Civil), nadie dudó de que, en caso de vencer, el régimen
previsto sería una ruptura respecto del pasado republicano. Así lo fueron las
primeras instituciones gubernamentales creadas para la España “nacional”
(nombre con el que los sublevados reconocían el territorio sobre el que
ejercían su control) en plena Guerra Civil: Junta de Defensa Nacional (julio-octubre
de 1936), Junta Técnica de Estado (octubre de 1936-enero de 1938) y primer
gobierno presidido por Franco, que serían el germen de la dictadura.
Los apoyos recibidos
desde el principio permitían presumir el futuro político del “Nuevo Estado”
que, por su larga duración, pasó sucesivamente por las fases de dictadura
personal, totalitarismo autoritario de “pluralismo limitado” y tecnocrático o,
como gustó repetir su creador, de democracia orgánica. En cualquier caso, se
trató de un régimen sin ningún carácter democrático, no sólo por su origen
(sedición generadora de una guerra civil) sino por su posterior desarrollo,
caracterizado por el mando personal del caudillo, la inexistencia de partidos
políticos, de división de poderes y de libertades, así como por el fuerte
control ejercido desde el poder, cuya naturaleza coincidía con la ideología
franquista: antiliberalismo, anticomunismo, antirrepublicanismo, nacionalismo,
concepción jerárquica y autoritaria y nacionalcatolicismo. En su última fase,
sin abandonar el trauma de la
Guerra Civil y la despolitización como recursos, se
incorporaron otros factores: la ideología desarrollista, un nuevo sistema
educativo y el europeísmo, junto con el evidente cambio de la estructura social
que tuvo efecto desde la década de 1960.
Con todo, y hasta el
final, el franquismo defendió a ultranza la trama ideológica de los llamados
principios del Movimiento: unidad e integridad de la patria, confesionalidad
del Estado, la monarquía tradicional como forma de gobierno (aunque no apareció
la figura del monarca) y el corporativismo, que definía la representatividad a
través del municipio, el sindicato vertical (nacionalsindicalismo) y la familia. Este fue,
en efecto, el proceso institucionalizador del Nuevo Estado, no consumado hasta
enero de 1967 con la promulgación de la Ley Orgánica del Estado que culminaba las
denominadas siete Leyes Fundamentales, el peculiar acercamiento al
constitucionalismo del régimen franquista: Fuero del Trabajo (marzo de 1938),
Ley Constitutiva de las Cortes Españolas (julio de 1942), Fuero de los
Españoles (julio de 1945), Ley del Referéndum Nacional (octubre de 1945), Ley
de Sucesión a la Jefatura del Estado (julio de 1947), Ley de Principios
Fundamentales del Movimiento Nacional (mayo de 1958) y la ya citada Ley
Orgánica del Estado.
Quedaba como resquicio
de cara al futuro la proclamación en 1969 del príncipe de España como sucesor a
título de rey, en una monarquía instaurada, que no restaurada. El fallecimiento
de Franco propició de alguna manera en 1975, y sin que el dictador se lo
hubiera propuesto, la monarquía democrática bajo el reinado del nieto de
Alfonso XIII, Juan Carlos I, poniendo de manifiesto la inviabilidad del
“franquismo sin Franco”. El proceso posterior al deceso del general se conoce
como transición a la democracia.
Todo este proceso de
lento y tímido aperturismo demandado por el desarrollo económico de la década
de 1960 y que según cabía esperar debía conllevar un desarrollo político,
tropezó con las tensiones entre los llamados inmovilistas (falangistas
ortodoxos) y los conocidos como aperturistas en cuestiones tales como la
sucesión en la jefatura del Estado, la apertura hacia los países de la órbita
soviética, el asociacionismo o la atención de las demandas expresadas por la conflictividad
laboral, en definitiva: el posible camino hacia la democracia.
Si, como se ha dicho,
un amplio sector del pueblo aceptó el franquismo, al menos en los dos primeros
decenios, y siempre como un mal menor tras una cruenta guerra civil, tampoco
faltó la presencia de una oposición política. En los primeros años ésta estuvo
a cargo de las guerrillas que actuaron en determinadas zonas del territorio
español, así como de la oposición democrática llevada a cabo desde el exilio
(republicanos, monárquicos seguidores de Juan de Borbón y Battenberg,
socialistas y comunistas) cuyo punto álgido fue el Congreso de 1962, que la
prensa oficial descalificó como “contubernio de Munich”.
A todo ello deben
unirse las huelgas y conflictos laborales (el recién nacido sindicato
Comisiones Obreras consiguió infiltrarse en las instituciones autorizadas, en
tanto que la
socialista Unión General de Trabajadores (UGT) mantuvo la
lucha clandestina) y estudiantiles (contrarios al oficial Sindicato Español
Universitario, SEU) y, en el último tramo, las actuaciones de grupos ligados a
la Iglesia católica que marcaron distancias con el régimen después del Concilio
Vaticano II (1962-1965), sin olvidar la acción de grupos terroristas como la
organización independentista vasca ETA. Sin embargo, este abanico opositor fue
a la postre débil y no logró sus propósitos de vencer al régimen, que actuó con
dureza a la hora de reprimirlo.
Otro tanto ocurrió con
las relaciones exteriores. El franquismo consiguió superar el aislamiento
internacional al que estuvo sometido el régimen durante la década de 1940 por
haber mantenido, bajo la capa de neutralidad en la II Guerra Mundial,
la amistad con las potencias del Eje. España, en un primer momento, quedó fuera
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), creada en 1945. Pero la Guerra
fría modificó el panorama y obligó a aceptar la situación española. Los pilares
de este reconocimiento internacional se plantaron en 1953 con la firma del
Concordato con la Santa
Sede y la de los pactos económicos y militares con Estados
Unidos (Convenio de Amistad y Cooperación). Ambos hicieron saltar el cerco
impuesto hasta entonces a Franco. En 1955 España ingresó en la ONU, si bien
antes lo había hecho en otras organizaciones internacionales, como la Organización Mundial
de la Salud (OMS), la UNESCO y la Organización
Internacional del Trabajo (OIT). El presidente
estadounidense, Dwight David Eisenhower, visitó Madrid en diciembre de 1959.
Desde finales de 1969, coincidiendo con la llegada al Ministerio de Asuntos
Exteriores del tecnócrata Gregorio López Bravo, la diplomacia española inició
una apertura hacia los países del entorno soviético, en un principio con
carácter comercial y más tarde en forma de relaciones diplomáticas plenas.
En lo que respecta a
las relaciones con Latinoamérica, la política exterior franquista cabalgó sobre
las conveniencias de cada momento. Los gobiernos latinoamericanos se dividieron
al iniciarse la Guerra
Civil en torno a la actitud que deberían adoptar frente al
conflicto y aunque México (presidida durante la guerra por Lázaro Cárdenas)
mantuvo siempre una política de firme defensa de las instituciones
republicanas, que se prolongó hasta la muerte de Franco y la celebración de las
primeras elecciones democráticas en 1977, los demás países fueron reconociendo
al dictador y su régimen, sin excepción. Franco, por otra parte, encontró apoyo
y simpatía en los gobernantes autoritarios latinoamericanos de todas las
épocas: las actitudes personales y gubernamentales del argentino Juan Domingo
Perón, el dominicano Rafael Leónidas Trujillo o el chileno Augusto Pinochet
fueron una buena muestra de ello.
De otro lado, a las
buenas relaciones con los países musulmanes expresadas en las visitas de los
jefes de Estado de Arabia Saudí, Jordania, Irak, Irán y Egipto, cabe añadir el
reconocimiento español a la independencia del territorio de Marruecos bajo su
protectorado (1956), el reconocimiento de los derechos de dicho país sobre Ifni
(1969) o la independencia de Guinea Ecuatorial (1968). En el ocaso del
franquismo (octubre de 1975), el rey marroquí Hasan II organizó la Marcha Verde sobre el
territorio del Sahara Español, lo que supuso abandonar éste en manos de
Marruecos y Mauritania.
Sin quebrar el
monolitismo del sistema, los principales grupos colaboradores en los gobiernos
franquistas fueron militares, falangistas, monárquicos, católicos y
tecnócratas. Salvo en los dos últimos gabinetes (presididos por Luis Carrero
Blanco desde junio hasta diciembre de 1973, y por Carlos Arias Navarro, que
sustituyó a éste tras su asesinato a manos de ETA), todos tuvieron como
presidente a Franco, responsable único de los equipos ministeriales, sujetos en
la duración y composición a su exclusiva voluntad. Según la coyuntura (cierre
autocrático o liberalización política) se mantuvieron o fueron sustituidos,
siempre al compás de la astucia del general que tuvo especial empeño en mezclar
las distintas “familias” del régimen dando la impresión de un falso pluralismo,
por cuanto no se reconocía la existencia de partidos políticos.
Algunos de los
principales ministros de los gobiernos presididos por Franco fueron, además de
los ya mencionados Carrero Blanco, Arias Navarro y López Bravo: Ramón Serrano
Súñer, Francisco Gómez Jordana, Juan Antonio Suances, José Enrique Varela,
Alberto Martín Artajo, Agustín Muñoz Grandes, Fidel Dávila, José Antonio Girón,
Raimundo Fernández Cuesta, Joaquín Ruiz Giménez, José Solís Ruiz, Manuel Fraga
Iribarne, Alberto Ullastres, Camilo Alonso Vega y Torcuato Fernández-Miranda.
Por último, y en otro
orden de cosas, la economía y la política económica sufrieron una interesante
evolución a lo largo de los 40 años de gobierno franquista. El primer periodo,
transcurrido desde 1939 hasta 1951, fue una etapa de autarquía que acusó los
efectos de las guerras civil y mundial. Durante ese primer periodo España
experimentó una auténtica depresión que contrastaba con la recuperación
europea, lograda por la ayuda prestada por el Plan Marshall y de la cual no
disfrutó el país gobernado por Franco.
La década de 1950 actuó
como bisagra en la que se produjo un crecimiento debido a la liberalización, la
mejora de las relaciones exteriores y los ingresos procedentes del turismo y
los numerosos emigrantes. La década de 1960 fue una década de expansión que
había dado comienzo con el Plan de Estabilización de 1959 y continuó hasta
1973, respondiendo en cierto modo al esquema propuesto por la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE): energía barata, precios
favorables en alimentos y materias primas, reservas de mano de obra barata
procedente del sector primario, aumento de la población activa y expansión del
mercado internacional.
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